Las autoridades del condado de Gwinnett recibieron una serie de versiones sobre cómo fue que murió Jackmerly Jouselys Hernández Rodríguez.
La mujer de 31 años y de origen venezolano pereció la noche del pasado sábado en su hogar en la ciudad de Norcross.
Según la policía fue su exmarido y padre del niño que procrearon juntos quien le quitó la vida.
Se trata de Víctor José Yaraure Morillo, quien también es nativo de Venezuela y quien esa noche era uno del grupo que estaba a punto de comenzar con una tremenda ‘pachanga’.
Pero dicha fiesta acabó en tragedia cuando el suramericano alias ‘el morocho’ le asestó un tiro mortal en la cabeza a la víctima.
¿Se le disparó por error la pistola?
Entre las versiones que varios de los testigos dieron a la policía es que se trató de un “lamentable accidente”.
Cabe recalcar que todos los presentes eran amigos cercanos y parientes del sospechoso, así que no sería inusual que trataran de estar de su lado.
Ellos aseguran de que Víctor se puso a manipular el arma de su hermano enfrente de todos, pero que creía que estaba descargada, ya que este le había sacado el cargador, pero olvidó el tiro que queda en la recámara.
Las autoridades no creen en esa versión ya que, de ser así, piensan que el imputado se habría quedado en la escena para rendir declaraciones y entregar la pistola.
En cambio, huyó en su Toyota Corola con placas temporales de Georgia y se llevó consigo el arma de fuego con todo y cargador y hasta el cartucho vacío de la bala que mató a la mamá de su hijo.
Los allegados de la víctima alegan todo lo opuesto
Familiares de Jackmerly hablaron esta mañana con MGNews y me dijeron todo lo opuesto.
Aunque me revelaron sus identidades, este medio prefiere mantenerlos en el anonimato para resguardar su integridad.
Alegan que Víctor, quien proviene de Puerto Cabello, estado Carabobo, sacó una pistola y se puso a alardear con ella.
“Ahora sí no se van a meter conmigo… Nadie me va a joder la vida”, dicen que decía fantaseando “el morocho”.
Eso a pesar de que en dicha casa había múltiples invitados, entre ellos varios niños, incluyendo su hijo de 10 años y su expareja, oriunda de la Cruz de Taratara, en el estado Falcón.
Varios de los invitados supuestamente le pidieron que guardara el arma, la cual era de su hermano Brayan.
Pero Víctor siguió jactándose y hasta que llegó al punto de apretar el gatillo en contra de su exmujer.
De inmediato se dio a la fuga antes de que llegara la policía y nadie hizo siquiera el mínimo intento por frenarlo o convencerlo que cooperara con la investigación.
Hoy es uno de los más buscados del condado de Gwinnett
Jackmerly deja en la orfandad a un hijo de 10 años, quien ha quedado bajo la custodia de los hermanos del presunto asesino porque no hay otros familiares cercanos.
El pequeño quien llegó hace menos de un año a este país ha quedado traumado y devastado, pues al parecer lo presenció todo.
Antes de llegar a Estados Unidos a finales del año pasado Jackmerly estuvo en Colombia, Perú y Chile y según su familia, estaba muy motivada por el rumbo que su vida estaba tomando.
Hacía apenas un par de meses le llegó su permiso de trabajo y también ya había sacado su licencia de conducir.
Ahora, ya están planeando la repatriación de la víctima para poder darle una despedida digna, siempre y cuando consigan los fondos que se requieren para ello.
Los allegados de la muchacha piden una exhaustiva investigación en cuanto a su asesinato. Y es que dudan que la versión que dan los testigos sea la verdadera.
Más bien, están convencidos de que tratan de encubrir al homicida, que actualmente fugitivo de la justicia.
No creen ese cuento de que Víctor solo estaba “jugando con una pistola cargada” en plena reunión familiar con niños presentes y que por pura casualidad la bala que se le escapó le impactó a esa mujer que lo había dejado hacía un tiempo por celoso y agresivo.