Leticia Rodríguez se convirtió en madre a temprana edad. A sus apenas 17 años dio a luz un varoncito.
¿Cuándo nació el bebé y en qué condiciones? se desconoce, pero lo que sí es un hecho es que el infante vivió poco tiempo, quizá solo unas horas o máximo días.
De hecho, las autoridades de Georgia están indagando pues existe la posibilidad de que haya nacido muerto, algo que la autopsia lo revelará esta misma semana.
El punto es que Leticia al ver que su pequeño estaba sin vida, decidió cavar un hoyo en el patio trasero del hogar donde vive en la ciudad de Marietta.
Justo estaba escarbando, cuando fue descubierta por su tío, quien al ver lo que pasaba, decidió hacer lo correcto y llamar al 911.
El portavoz de la policía local, Chuck McPhilamy, aseguró a MGNews que había una barrera del idioma tremenda en esa llamada, pero como sea, la operadora mandó varias patrullas al lugar en cuestión de minutos.
La madre enfrentará un proceso penal
El incidente ocurrió el domingo a eso de las 3:00 p.m., en Gramling Street. Según McPhilamy, Leticia había dado a luz en esa misma casa y sin la ayuda de nadie.
El hueco en el suelo estaba a medio cavar, pero el bebé no fue enterrado en ningún momento, según el vocero policial.
“A nuestros investigadores les tomó toda la noche determinar qué pasó exactamente en ese domicilio”, manifestó McPhilamy.
Pero la familia ha cooperado con nosotros durante toda esta investigación y nosotros estamos con ellos”, añadió el funcionario.
Rodríguez fue llevada al Hospital Wellstar Kennestone para que recibiera tratamiento, pues por haber dado a luz recientemente, necesitaba atención urgente.
Las autoridades dijeron que una vez que le den el alta, será arrestada y trasladada a la cárcel del Condado de Cobb.
Hasta ahora enfrenta tres cargos graves: ocultar una muerte, abuso de un cadáver y haber abandonado a un difunto.
Dependiendo del resultado de la autopsia y los análisis del médico forense, la madre centroamericana podría enfrentar cargos adicionales.
Bajo la ley de Georgia, nadie puede enterrar un cadáver sin que la ley lo haya autorizado y que haya sido procesado en una funeraria.
La ley también indica que cuando alguien muere, quienes lo rodean están obligados a reportarlo dentro de las seis horas siguientes al descubrimiento.
