Recuento de un verdadero milagro divino

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Miren a esta hermosa princesa en una fotografía que le tomó su madre ayer al salir de una clínica en Carolina del Norte, donde estuvo en cuidados intensivos.

Les contaré lo que le pasó en las propias palabras de la progenitora de esta inocente y bella criatura.

“El pasado 26 de abril, un día antes del cumpleaños número 3 de mi hija a eso de las 10 de la noche salí a la tienda a hacer unas compras precisamente para hacerle una pequeña fiesta.

Antes de irme miré a mi hija sentadita viendo televisión junto con sus otros hermanos mayores. Salí de mi casa y en eso me recuerdo que no llevaba mi cartera. Cuando volví ella se salió sin decir nada salí y no me percaté.

Arranqué mi carro y al salir, sentí un impacto muy fuerte y luego otro, entonces frené y mi cuerpo se puso aguado y lo primero que se vino a mi mente mi hijita…

De repente, veo a mi niña abajo de las llantas de atrás. Grité como loca y no sé cómo regresé y retrocedí el carro para quitar a mi hija de ahí, Bajé del carro y gritaba con un dolor en mi corazón rogando a Dios despertar de esa pesadilla.

Luego todos en mi familia escucharon mis gritos y salieron. Yo estaba tirada en el suelo mirando a mi hija abajo del carro entonces mi esposo la agarró prácticamente muerta. No respiraba y tenía la mitad de su cuerpo destruido.

Mi esposo le dio respiración y la niña volvió a la vida gracias a Dios. En eso ya venía la ambulancia y se la llevaron al hospital.

Le hicieron todo tipo de exámenes en su cuerpo y tenía 3 costillas lesionadas, un pie quemado, muchos raspones, moretes y lesiones alrededor de su ojo, por lo cual le hicieron una cirugía de emergencia en la madrugada.

Temían que hubiera sufrido daño cerebral, pero a Dios gracias no fue así. Tampoco el sangrado fue interno… Creo que Dios siempre estuvo con mi hija y a él toda la honra.

Este es mi más grande testimonio de vida y hoy lo puedo contar. Ella está viva por pura gracia y su misericordia.

En esta foto está mi hija saliendo del hospital de recibir los resultados de una resonancia que le hicieron y gracias a Dios ya está bien. Su cerebro está intacto. Ya de ese mal momento solo le queda un poquito de sangre en su ojito.

NO quiero callar las maravillas que el Señor puede hacer en nuestras vidas. Esto ha sido lo más duro que mis ojos han visto y el dolor más grande que mi alma pudo sentir… gracias por leerme”.

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