Prometía ‘Visas U’, pero solo se quedaba con el dinero

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Las autoridades de Nueva York están celebrando la aprehensión de un sujeto de origen hispano que defraudó a muchos miembros de nuestra comunidad.

Se trata de Juan Cedillo, de 69 años, quien presuntamente se hacía pasar como un experto en temas migratorios y que tenía los contactos suficientes en el Gobierno como para arreglarle papeles a cualquier inmigrante.

Pero lo peor es que el sospechoso al parecer era tan creíble en sus aseveraciones, que muchos llegaron a creerle sus cuentos baratos.

Según la policía de la localidad de Westchester le sacó decenas de miles de dólares a varios clientes quienes estaban convencidos de que por fin dejarían de ser indocumentados.

Estaban seguros de que recibirían la anhelada ‘Visa U’ ignorando que solo pueden recibirla quienes verdaderamente han sido víctimas de un crimen violento y, aun así, no en todos los casos le aprueban su certificación para que pueda aplicar.

La semana pasada lo arrestaron en el estado de Washington a donde se había ido huyendo cuando se enteró de que había sido denunciado.

Todas las personas que supuestamente estafó eran de origen latino como él.

¿Cuál era su modus operandi?

Los embaucaba con una falsa organización sin fines de lucro llamada “Asociación de Contra Insurgentes de Estados Unidos”.

El imputado se reunía con las familias en sus propias casas y a casi todas les sacó una cuota inicial de 5 mil dólares a cada una, con la promesa de resolver todos sus problemas migratorios en este país.

Hubo quienes llegaron a verlo como alguien “mejor o de más alto nivel” que todos los abogados locales de inmigración.

Les aseguraba a las víctimas que tenía múltiples contactos claves en agencias gubernamentales como la CIA, el FBI, ICE y la Casa Blanca.

A quienes le mostraban interés en obtener su tarjeta de residente permanente, les cobraba casi el doble de entrada.

Les daba copia de los papeles que “había enviado a Inmigración”, pero en realidad tales peticiones jamás fueron sometidas por él ni por nadie más.

Sí se supo que metió un par de ellas al principio, pero que le fueron rechazadas por no presentar pruebas pertinentes de que había ocurrido un delito serio.

Nunca le dijo eso a los afectados y en cambio, siguió engañando a otros incautos durante meses, hasta que alguien cayó en cuenta de la trampa y lo delató.

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