Jorge Alberto Ramírez, de 35 años, fue condenado ayer a purgar cadena perpetua por haber cometido un crimen bastante inusual.
Jorge, un tipo de ascendencia hispana, pero que es ciudadano estadounidense se hacía llamar un “verdadero patriota”.
Eso no es todo, se consideraba enemigo de los inmigrantes sin papeles, a pesar de tener un nombre y apellido más latino que cualquier otro.
Resulta que una mañana, Jorge iba en una camioneta junto con varias personas, entre ellas un joven mexicano a quien al parecer le tenía odio.
De repente, se sacó su arma de fuego y le asestó un tiro letal por atrás al pobre de Pedro López-Belloso, de 23 años, quien murió en el acto.
Se aprovechó que la víctima iba de espalda ya que el imputado estaba sentado detrás suyo. Ese trágico incidente ocurrió el 14 de abril de 2021.
“Lo maté porque envidiaba a los americanos”
Jorge fue arrestado ese mismo día y tras ser interrogado por los detectives del condado de Gwinnett y les confesó que lo había hecho porque se lo merecía.
Hasta fue grabado diciendo que mató a Pedro, porque el “odiaba y tenía celos de los ciudadanos estadounidenses”.
Pero en una segunda entrevista en marzo de 2022, recapacitó y declaró a la Fiscalía de que se había tratado de un accidente.
Su segunda versión fue que “se había quedado dormido en la parte trasera de la camioneta y que se sin querer se apoyó en el arma, haciendo que esta se disparara”.
Esta semana fue sentado en el banquillo de los acusados y nadie le creyó ese cuento, pues según los expertos, esa clase de rifles solo disparan cuando se le aprieta el gatillo.
Jorge Alberto Ramírez fue entonces declarado culpable por un jurado civil de tres cargos de homicidio, asalto agravado y posesión de un arma de fuego durante la comisión de un crimen.
Posteriormente condenado por un juez estatal a pasar el resto de su vida en prisión.
