“Nos engañó a todos, pero había algo raro en él”

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Miriam Zarate, madre de Mía Campos, la adolescente embarazada que fue asesinada en un área boscosa de Georgia habló hoy con MGNews.

De acuerdo con la señora de origen mexicano su hija de 16 años y que tenía 7 meses de embarazo, cometió el terrible error de creer y obedecer a su verdugo.

La mujer nos contó hoy que la noche de ese fatídico lunes su hija ya estaba en cama cuando su exnovio, y padre del bebé que esperaba le llamó.

Supuestamente le pidió que se saliera para verse y ella accedió, sin saber que su cita era nada más ni nada menos que con la misma muerte.

Y es que el sujeto que la citó la convenció de que entraran a los matorrales, donde la mató con sus propias manos.

La policía del condado de Gwinnett también nos confirmó hoy que Mía falleció tras ser asfixiada.

La agencia nos dijo que están seguros de que quien la mató fue Jesús Monroy, un joven también hispano de 20 años.

Jesús estaba involucrada en la búsqueda de la víctima

Lo más triste de todo es que por haber tenido una relación sentimental con Mía y ser el padre de Sebastián, el padre biológico que ella esperaba, Jesús era considerado alguien de confianza por la familia de la chica.

De hecho, cuando Mía desapareció y sus padres la andaban buscando él mismo llegó a dizque ayudarles a encontrarla.

Eso sí, andaba muy nervioso siempre y no mostraba síntomas de dolor, tampoco abrazaba para consolar a la madre, lo cual ella en su momento no se percató hasta hoy.

Inicialmente cuando Jesús fue interrogado por los detectives de Gwinnett él les mintió de diferentes maneras.
La señora Miriam creía que era por el miedo que sentía de ser acusado por haber sostenido una relación sentimental con Mía que era menor de edad.

Sin embargo, ahora se dio cuenta de que no… Y es que ya no solo está acusado de haberle dado información falsa a las autoridades, sino también del homicidio y feticidio, entre otros cargos graves.

“Cuando lo arrestaron su papá nos dijo que era por violación (en perjuicio de una menor de edad), pero después nos confesó que por el asesinato de nuestra hija”, señaló la madre de Mía.

“Había algo raro en él, pero no nos dimos cuenta. Nos engañó vilmente”, sostuvo Miriam, al mismo tiempo que aconsejó a los padres de familia y la juventud de nuestra comunidad.

“No se confíen de nadie y asegúrense de tener siempre la ubicación de sus hijos”, indicó la acongojada mujer.

Y es que fueron los mismos padres de Mía quienes encontraron su cadáver tras seguir la ubicación del GPS de su teléfono celular.

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