Nayib Bukele tiene mucho que ofrecerle al país

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Como ciudadano salvadoreño hoy por primera vez me atrevo a redactar un artículo de opinión sobre la máxima autoridad en mi tierra natal: el presidente Nayib Bukele.

Amado por muchos (literalmente la mayoría del pueblo lo quiere) y odiados por pocos, ese es Nayib.

Si me preguntan en cuál de los dos grupos estoy yo, me gustaría decir que, entre los neutrales, pero no es así.

La verdad es que estoy un poco más inclinado hacia su lado, pero no me confío al 100 por ciento al menos por ahora.

Y es que es digno de aplaudir todo lo que ha hecho por mi pequeña nación al poner orden, el cual recuerdo que no existía desde que comencé a tener conciencia.

Ha sido el único funcionario que se ha atrevido a poner a los peligrosos delincuentes en el lugar en donde siempre debieron estar: tras las rejas.

M refiero a todos esos pandilleros, ladrones, extorsionadores, secuestradores y asesinos que durante más de dos décadas mantuvieron a la población en zozobra.

Y no solo a los civiles, sino que también hasta las mismas autoridades les tenían miedo. Triste realidad.

Bukele es un hombre visionario y ambicioso, además de inteligente. Tiene las agallas que a decenas de exmandatarios les faltaron.

Aparentemente no se deja intimidar por nada ni nadie y es evidente de que tiene sus valores y principios muy bien marcados y definidos.

Por ejemplo, hoy en día no cualquier político se pone a jugar con fuego al declararse en contra de la ideología de género, un movimiento cada vez más poderoso a nivel mundial.

Y entonces ¿qué es lo que no me convence de él? Se preguntará cualquiera. No son muchas cosas, solo un par, pero de suma relevancia al menos para mí.

En primer lugar, siento que prácticamente es enemigo de la prensa. Al parecer no le gustan en lo absoluto los periodistas y menos los que representan a medios que se atreven a cuestionarlo.

Eso de que prefiera sentarse con blogueros, tictokeros, youtuberos o como sea que les llamen y hasta con carpinteros, cualquiera en lugar de con un periodista, me parece irrazonable.

En segunda instancia, tampoco tolera ni a funcionarios, así hayan sido impuestos por él como merecedores de su confianza que le lleven la contraria en algo.

Por último, me desagrada que se mantenga enemistado de Estados Unidos, independientemente de que no esté de acuerdo con el modo de gobernar de los demócratas (yo tampoco lo estoy), pero que no se le olvide que acá vivimos millones de sus connacionales.

Y que, le guste o no, de no ser por nosotros, el país estaría peor que nunca, pues somos los que sostenemos su economía, ya que los salarios allá siguen miserables y los precios por las nubes.

Pero eso sí, estoy contento de que haya sido reelecto, pues no me imagino de nuevo a otro tipo de los partidos tradicionales y que ya están más que requemados, sacando de las cárceles a tantos criminales.

Todos esos presidiarios no habrían salido contentos, para nada, sino más endemoniados que nunca y con ganas de matar a quienes se atrevieron a delatarlos, lo que los mantuvo encerrados como bestias salvajes.

Solo espero que ahora que relativamente Bukele ya resolvió el tema de la seguridad, de verdad le ponga corazón y se enfoque a la economía.

Que ponga orden a las empresas que cobran lo que les da la gana por los bienes o servicios, a sabiendas que la población está comiéndose las uñas.

También debe ponerle más énfasis a la educación. No podemos seguir con altos niveles de analfabetismo, pero pues supongo que todo paso a paso.

Que haga esto y mucho más a favor de nuestra gente y estoy seguro de que pronto estaré por completo de su lado.

Por ahora reconozco que es más lo bueno que ha hecho, así que merece seguir donde está. Gracias por leer mi nota de opinión.

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