Como un balde de agua fría le cayó a la familia de Mía Campos la noticia de que el presunto verdugo de su hija fue liberado de prisión.
Mía era una chica de ascendencia mexicana de 16 años que residía en Georgia y quien fue asesinada a pesar de que estaba en embarazada de siete meses.
Los restos de la adolescente fueron hallados por sus propios padres en una zona boscosa de la ciudad de Loganville el pasado 15 de julio.
Según los reportes de las autoridades del condado de Gwinnett quien le quitó la vida fue su exnovio y padre de la criatura, otro joven hispano de 20 años.
Hoy en horas de la madrugada, Jesús Monroy, fue liberado tras pagar una fianza de 56 mil dólares.
Un juez estatal le concedió ese privilegio ayer miércoles en una audiencia especial, pese a la gravedad de los cargos que encara, entre ellos homicidio premeditado y feticidio.
La noche anterior de que encontraran su cuerpo, la víctima salió de su casa mientras que sus parientes dormían y se fue con un desconocido.
Cuando pasaron horas y ella no regresó, sus papás comenzaron a buscarla y gracias a la aplicación de su localizador GPS en su celular, rastrearon su última ubicación.
La sorpresiva liberación de Jesús ha dejado desconcertado a todos los involucrados en este caso, pues nadie esperaba que tal cosa sucediera.
“No se trata de si el acusado es culpable o no, se trata de una fianza tan baja por los cargos de asesinato por malicia y feticidio y ¡ni siquiera comencemos con el desempeño del fiscal!”, indicó inconforme la organización sin fines de lucro Welatinos Inc, (Hispanics United Alliance).
“¡Esta es otra familia latina que tiene que irse a casa, sintiéndose ignorada por un sistema que se supone que los defiende y los protege! Si la familia Campos fuera blanca, ¿la fianza para el acusado sería de 56 mil dólares?”, se preguntaron por medio de sus redes sociales.
Los papás de Mía tampoco pueden creer lo sucedido y se sienten consternados al saber de qué hoy en día cualquiera puede matar a otra persona y seguir gozando de su libertad solo porque tiene dinero…
Lamentan haber perdido a Mía y al pequeño Sebastián a quien ni siquiera tuvieron el placer de conocer y ahora temen que el doble homicidio vaya a quedar impune.