En dos ocasiones Rodolfo Rodríguez Puentes fue capaz de evitar ser arrestado por las autoridades de Georgia, pero esa suerte le duró poco.
La madrugada del pasado lunes el joven de 22 años iba manejando su camioneta cuando un patrullero del Sheriff del condado de Hall lo vio salirse de su carril.
El patrullero le ordenó detenerse prendiéndole su sirena y las luces azules de su patrulla.
Sin embargo, el chofer lo que hizo fue pisar el acelerador. Fue tan audaz que, en una curva, logró perder al agente.
Durante varios minutos el uniformado le dio vueltas a la manzana buscándolo, pero no lo pudo encontrar.
Pero de repente, cuando ya estaba por darse por vencido, logró ubicarlo en un predio baldío. Cuando Rodolfo se vio descubierto, volvió a marcharse a toda prisa.
Y otra vez, logró perder al agente y a varios de sus compañeros, quienes por más que lo intentaron, no pudieron ubicarlo.
Hasta parecía que tenía la habilidad de volverse invisible. Pero el infractor no contaba lo que le esperaba más tarde.
Le cayeron a su propia casa
Los agentes lograron conseguir sus placas por medio de una de las tantas cámaras de vigilancia que tienen en las carreteras de la zona.
Y fue así como le llegaron a su domicilio un par de horas después, cuando ya él estaba durmiendo como que si nada.
Cuando se percataron que en la cochera estaba el auto que buscaban, solicitaron al juez una orden de allanamiento.
Tras catear la casa y el automotor en cuestión encontraron una bolsa con 1800 gramos de marihuana, y unas 1,700 píldoras de (más de 440 gramos) de alprazolam.
También 327 cartuchos de THC que cada uno contenían 2,000 miligramos de esa droga en líquido.
Todos esos fármacos están valorados en el mercado negro en casi 62 mil dólares.
Por si eso fuera poco, le confiscaron más de 7 mil dólares en efectivo y múltiples armas de fuego de diferente calibre.
Rodríguez Puentes fue apresado en el acto por múltiples infracciones entre ellas conducir de manera temeraria, eludir a la policía, fallar en mantenerse en su carril y manejar intoxicado.
También encara otros cargos más graves como posesión de sustancias controladas con intenciones de distribuirlas y tenencia de armas de fuego durante la comisión de un delito grave.
Hasta el cierre de esta nota, Rodríguez Puentes se encontraba recluido en la prisión de Hall sin derecho a salir libre bajo fianza.