El sheriff del condado de Cobb (Georgia), Craig Owens estás en el ojo del huracán por un lío que armó en un restaurante de comida rápida.
De acuerdo con los expedientes judiciales el comisario llegó a un Burger King a ordenar un combo, pero al parecer le dieron algo que no había pedido.
De inmediato comenzó a alegar con los dependientes y no le bastó con eso, sino que llamó al 911 y pidió la intervención de sus colegas.
Al lugar llegaron tres agentes y de inmediato se acercaron a la camioneta del alguacil que estaba estacionada afuera del establecimiento.
Owens les dijo: “háganme un favor. Necesito obtener algo, el nombre del dueño o el gerente de esta maldita instalación” …
Luego les recalcó a los oficiales: “No necesito que me devuelvan el maldito dinero, pero quiero averiguar quién es el propietario de este lugar para poner una queja”.
Sus colegas le consiguieron la información que él requería
Como el alguacil se había comportado algo hostil con los empleados, ellos se habían encerrado al interior del negocio.
Cuando los patrulleros les tocaron ellos abrieron. Uno de los uniformados les aclaró que no estaban en problemas ni nada por el estilo, que solo necesitaban saber los datos de las personas a cargo.
“Ni siquiera vamos a hacer un reporte sobre esto… Es solo que el señor de allá afuera quiere presentar una denuncia formal por su comida”.
Tras obtener los nombres, se los dieron al Sheriff y le indicaron que los trabajadores decidieron encerrarse porque sintieron miedo, pues ya antes los habían amenazado y acosado otros clientes.
El sheriff se ríe y les dijo: “No le dijiste quién era yo ¿verdad?”, a lo cual su colega le respondió negativamente.
¿Un abuso de poder y autoridad?
Owens, quien es del Partido Demócrata se está postulando para la reelección este año y ahora sus contenientes lo están cuestionando por su acción.
Aseguran que es un claro caso de autoritarismo al tratar de intimidar a otros y de paso, desperdiciar recursos valiosos como lo es el llamar a la policía.
Pero según el Sheriff lo que pasó ese día fue una simple ‘disputa comercial’ que cualquier ciudadano puede pasar.
Alega que como no llevaba puesto su uniforme y como tampoco se identificó como representante de la ley, no tiene caso que estén politizando lo que hizo solo para ganar votos a su favor.
“Tampoco le pidió a los policías que hicieran algo que no harían, o hubiesen hecho o antes por cualquier otra persona durante esta clase de casos”, afirmó Owens.