Al menos tres niños mexicanos entre las víctimas de la escuela Apalachee

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Mañana se cumple la primera semana del ataque armado a la escuela secundaria Apalachee del condado de Barrow, en Georgia.

Ese atentado protagonizado por un adolescente de 14 años que llegó armado con un rifle AR-15 que su papá le dio como regalo de Navidad el año pasado.

En dicho incidente violento, fallecieron cuatro personas (dos estudiantes y dos maestros) y nueve más resultaron heridos, algunos de gravedad.

Una de esas vidas que lamentablemente se perdió, fue la de un chico mexicano que ha sido identificado como Christian Ángulo y quien será sepultado la próxima semana.

Démosle palabras de aliento a Melany

Pero Christian no fue la única víctima latina en esta tragedia. Sabemos de qué al menos otros dos jovencitos también mexicanos, están entre los baleados.

Una de ellas es Melany García, La menor ya está recuperando de las heridas y pronto será dada de alta.

En el hospital fue sometida a una cirugía extensa para poder salvar parte de su brazo y mano, la cirugía incluyó una reconstrucción total de su muñeca.

Los médicos y enfermeras han sido maravillosos y cariñosos con ella y el resto de los heridos, pero sabemos que el camino por delante para la recuperación emocional de Natalie y su familia no será nada fácil.

Y es que solo Dios y ella sabe lo que sintió cuando vio al chamaco perverso ese apuntándole con su metralleta…

De parte de MGNews queremos decirle lo siguiente: “ánimos princesa, no olvides de que si nuestro Señor Jesucristo te dio una segunda oportunidad de vivir es porque tiene grandes planes para ti… Nunca desmayes”.

Ronaldo ha quedado marcado de por vida

A Ronaldo Vega le fue relativamente mejor, ya que sus lesiones fueron más leves, más no así las de su corazón.

“Aún siento como que lo que me tocó ver y vivir no fue algo real, como si se trató de una película”, declaró ayer el muchacho ante las cámaras de MGNews.

Según el adolescente, nunca podrá borrarse de su memoria la imagen del sospechoso armado abriendo fuego a quemarropa contra todo lo que se movía.

Ronaldo cuenta que en el lugar donde él estaba disparó por lo menos unas 15 veces y que su reacción fue correr a esconderse detrás del escritorio de su maestra.

Fue ahí donde se dio cuenta de que estaba sangrando de una de sus piernas y brazo. Al cabo de unos minutos los tiros cesaron y entonces aparecieron las autoridades locales a rescatarlos.

En el hospital a donde fue trasladado para ser tratado, le informaron que de milagro no había sido baleado, sino que solo fue herido por las esquirlas. Para no dañarle nervios ni nada más, decidieron dejárselas en su cuerpo.

Él sabe que esas marcas y cicatrices son poco comparadas con las que hay en su cabecita por el pavor que sintió ese día y de paso, el sentimiento de que hubo quienes que a diferencia de él, no vivieron para contarlo.

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