Esta semana será decisiva para un inmigrante venezolano que está acusado de haber secuestrado y asesinado a una alumna de enfermería en la Universidad de Georgia en Athens (UGA).
Y es que ya arrancó el juicio en contra de José Ibarra, quien es el único y principal sospechoso en este sonado crimen que le dio la vuelta al país.
Laken Riley salió a primera hora de la mañana a trotar en los alrededores del colegio donde estudiaba. Solía hacerlo en sus ratos libres para tratar de mantenerse en forma.
Otro que ese fatídico 22 de febrero de 2024 también salió temprano fue Ibarra. Se le vio saliendo de su apartamento muy cerca de UGA a eso de las 5:37am.
Llevaba puesta una playera azul con blanco y una gorra Adidas. Según la Fiscalía él no iba a trabajar ni tampoco a ejercitarse como Laken, sino que de casería.
Tampoco iría en busca de osos, venados ni ningún otro animal, sino que de alguna muchacha con la cual complacer sus apetitos sexuales.
La pobre Laken tuvo la desgracia de toparse con el sujeto, quien aprovechando que apenas comenzaba el sol a salir y que había poca gente, decidió hacerla suya.
La agarró por la fuerza y la arrastró hacia un área boscosa donde intentó violarla, pero la joven estadounidense no se quedó de brazos cruzados y luchó como una fiera.
Eso al parecer pudo haber enojado tanto al venezolano que sin pensarlo tanto, la estranguló con sus propias manos y finalmente le dio un golpe de gracia con un objeto contundente (no han revelado aún si una piedra o algún palo).
Luego abandonó la escena no sin antes esconder el cuerpo entre los arbustos y cubriéndolo con hojas y basura.
Cronología de los hechos
El cadáver de la muchacha fue encontrado por alguien por pura casualidad varias horas después de su asesinato.
Cuando la policía indagó en la escena del crimen revisaron las cámaras de seguridad y vieron al sujeto con una chamarra negra y gorra Adidas saliendo del área donde hallaron a Laken.
Las autoridades comenzaron a buscarlo por los alrededores, pero no tuvieron suerte. No fue hasta el día siguiente, el 23 de febrero que algo bueno pasó.
Y es que un oficial que patrullaba un vecindario vio a un hombre con esa misma cachucha que usaba el tipo que estaban buscando con relación al crimen.
Tras abordarlo y pedirle su identificación, este les dio una tarjeta de residente falsa. Cuando el agente se dio cuenta de ello, lo arrestó por uso de papeles chuecos.
Tras interrogarlo, supieron que se trataba de Diego Ibarra, también venezolano, quien junto con sus dos hermanos habían ingresado a Estados Unidos un par de años atrás.
Diego les contó que la cachucha no era suya, sino que se su hermano mayor, José, quien en ese instante estaba en casa durmiendo. La policía fue de inmediato tras él.
Se deshizo del suéter, pero no de la cachucha
José Ibarra fue también arrestado a pesar de que negó rotundamente haber estado cerca de la Universidad el día y la hora del crimen.
Pero cuando la policía fue al contenedor de basura del complejo de apartamentos a tratar de buscar alguna pista, encontraron la misma chamarra que usaba el tipo que mató a Laken el día anterior ¿casualidad?
Indagaron en videos del vecindario y vieron a José saliendo de su hogar con rumbo al ‘dumpster’ con una bolsa a eso de las 10:30am del mismo día y cuatro minutos después regresó con las manos vacías.
Aparentemente la gorra le gustaba tanto que decidió quedársela y su hermano sin saberlo, se la puso al día siguiente del asesinato de la estudiante de enfermería.
Tenía marcas como de pelea
Otra cosa que apunta en contra de José Ibarra es que en sus manos tenía evidencias de que hacía poco tiempo había tenido algún tipo de enfrentamiento con alguien.
Y no solo en las manos, sino también en su cuello y otras partes del cuerpo. Rasguños y arañazos, los cuales no quiso ni supo explicar.
De todas maneras, eso es una evidencia que están usando contra él el juicio que se ventila en el tribunal de Athens.
¿La primera víctima de El Tren de Aragua en Georgia?
Otro dato interesante es que las autoridades han comprobado que los tres hermanos tienen tatuajes y señales alusivas a la peligrosa pandilla venezolana conocida como El Tren de Aragua.
Lo irónico del caso es que todos ellos estuvieron detenidos en la frontera unos días cuando ingresaron al país ilegalmente. ¿Acaso Inmigración no se percató de eso cuando los ficharon?
El trío de hermanos declaró sentir miedo de vivir en su tierra natal por tanta delincuencia y pidieron asilo.
Los dejaron en libertad para que continuaran su proceso. Lo que nunca dijeron es que ellos eran miembros de esa peligrosa mafia.
Se cree que a finales de esta semana habrá un veredicto en torno al crimen de Laken.
La familia de la víctima llora cada vez que la Fiscalía presenta pruebas de cómo pudo haber ocurrido este terrible incidente.