Un caso muy interesante se está volviendo sonado en Georgia. Es el de un trabajador de una estación de servicio RaceTrack en la ciudad de Snellville.
Resulta que el empleado al parecer se creía Robin Hood, quien le robaba a los ricos para regalárselo a los pobres.
Y es que según las autoridades locales durante varios meses le estuvo regalando todo tipo de mercancía a cuanto amigo suyo podía.
Sus allegados llegaban como Juan por su casa, tomaban los productos que querían y solo se acercaban al dependiente, quien les daba luz verde para que se fueran sin pagar un solo centavo.
Estuvo hacienda eso durante varios meses hasta que el negocio hizo una auditoria de rutina y se percataron de una falta considerable de comestibles y otros accesorios.
La policía de dicha localidad asegura que de esa manera defraudó a la empresa que le había dado trabajo con más de 12 mil dólares.
Aparentemente nada de eso le quedó a él, sino que solo lo hizo por congraciarse con su gente cercana.
¿Cómo fue que lo pescaron?
La pesquisa en contra del trabajador comenzó en agosto pasado cuando los investigadores se dieron cuenta de lo que estaba haciendo.
Las autoridades comenzaron a seguir por medio de las cámaras en las calles las placas de los autos a los cuales les regalaba las cosas.
Fue así como cayeron en cuenta de que eran amigos, vecinos y otras personas con las cuales se conocía.
Lo peor es que no se trataba de un empleado cualquiera, sino que, del gerente del turno de la noche, identificado como Christian White.
El sospechoso ya fue primero despedido y después arrestado obviamente junto con cuatro personas más, sus últimos beneficiarios.
Aparte del robo masivo, hay algo que es también malo y es que un buen porcentaje de productos que les regalaba eran cigarrillos y licor.
Por ende, el empleado no era tan bueno como se pintaba, pues les hacía un gran daño a sus cuates facilitándole los vicios y haciéndolos más adictos a ellos.
