Dos individuos de origen latino están tras las rejas acusados de haber asaltado a un conductor a punta de pistola.
Según los reportes policiales se trata de Amadeo Barragán Carbajal, de 25 años y Luis Contreras Pineda, 23; quienes viven en Atlanta y Norcross, respectivamente.
De acuerdo con las autoridades del condado de Gwinnett este incidente ocurrió la tarde del pasado 18 de octubre.
“Oficiales asignados al Precinto Oeste respondieron una llamada de emergencia del sistema 911 reportando el robo de un vehículo”, indicó a MGNews el cabo Juan Madiedo.
“La víctima les explicó a nuestros agentes que mientras estaba sentado dentro de su auto estacionado, un hombre hispano le golpeó su parabrisas con una pistola y le ordenó que se bajara”, agregó el vocero de la policía.
Se llevaron el carro del denunciante
“Cuando la víctima salió de su coche, un segundo sospechoso también latino le revisó los bolsillos de la víctima, tomó su teléfono celular y las llaves de su auto, y huyeron de la escena”, aseveró Madiedo.
El funcionario aseguró que aproximadamente una hora después, sus oficiales con la ayuda de una unidad aérea localizaron el vehículo robado cerca del área de Singleton Road y Harbins Road.
Al notar la presencia de las patrullas, el auto en cuestión escapó a toda velocidad generando así una persecución.
Pero en su huida, perdió el control y se estrelló en un terraplén. Literalmente dio vuelta y quedó con las llantas para arriba.
Los uniformados rodearon la unidad y extrajeron a los dos sospechosos sin incidentes.
Los delincuentes sufrieron heridas no graves
Amadeo Barragán y Luis Contreras fueron trasladados a un hospital local con heridas leves causadas por el accidente.
Cuando les dieron de alta, fueron recluidos en la cárcel de la localidad de Gwinnett.
Ambos están acusados de hurto de un auto, asalto agravado, robo a mano armada y posesión de un arma de fuego durante la comisión de un delito grave e intentar eludir a la policía.
El dúo está preso sin posibilidad de salir libre bajo fianza, por lo que deberán aguardar encerrados hasta que se les llegue la fecha de su juicio.
De resultar convictos de tales acusaciones, podrían pasar hasta varias décadas en prisión.
